El Tattersall explotaba de celebrities, diseñadores y prensa que esperaban ansiosos ver lo último de este talentoso costurero: Catherine Fulop, Florencia de la Vega, Carolina Peleretti, Natalia Lobo, Martín Churba, Vero Ivaldi, entre tantos otros.
Un rezo y alabanzas a los géneros nobles, nos hicieron aumentar la expectativa.
Lo monacal estaría presente como es habitual en sus colecciones.
Dieron comienzo al desfile, coreográficamente, las camisas blancas que ya son su sello distintivo: cuellos baby, clásicas, mangas con volumen, escotes desbocados, todas y cada una de ellas impecablemente cortadas.
La sencillez y la elegancia en su máxima expresión.
La casa de Bernarda Alba se cruzaba con las divas de los ´50, generando una mezcla exquisita.
La tendencia del masculino/femenino estuvo presente:
Trajes de chaquetas con más o menos entalle y escote, con detalles en raso, acompañadas por faldas o pantalones de diferentes cortes: acampanadas, palazzos, cigarettes, cinturas altas.
La novedad fue el uso del cuero brilloso , o fake charol, PR dixit.
Las capas, trenchs y pilotines reemplazaron los tapados, dando a la pasada un aire de glamorosas espías y detectives.
Los vestidos negros, tan estrictos y ramirezcos, de moldería perfecta, marcaban la cintura, acompañando la silueta hasta por debajo de la rodilla: cuello a la base, escote cuadrado con breteles, combinación de géneros, falda lápiz, fruncida, evasée.
Para todos los cuerpos y edades.
Quién no muere por un Little Black Dress de PR?
Son un pasaporte directo a la sensualidad austera, al lujo simple.
El calzado de todas las pasadas fueron las flats de cuero ecológico de Nikka, el nuevo emprendimiento de Nicole Neuman.
Los peinados, creación de Sergio Lamensa.
La música, destacable! a cargo de Fer Ciraudo, la pueden disfrutar aquí (el tema de cierre es genial)
Cabe decir que Pablo Ramírez trabaja el negro en tal variedad de texturas, géneros y cortes,
que no hacen falta los colores.
Y SI, AMAMOS EL BIEN COMÚN.
No hay comentarios
Publicar un comentario